Sería imposible entender la Historia del Arte sin la figura de la Mujer

La Historia del Arte no podría entenderse sin la figura de la mujer como protagonista esencial del devenir artístico. La concepción decimonónica de todos lo relatos históricos excluían o eludían la figura de la mujer como artista. Solo se permitía la figura de la musa, modelo o a lo sumo pareja de un influyente artista. Afortunadamente en la últimas décadas han sido recuperadas muchas de estas voces silenciadas , verdaderas protagonistas de nuestra historia.

Pese a ser relegada a un segundo plano, algunas veces anulada como artista, un buen número de ellas resistieron el transcurrir del tiempo, y no se perdieron en la memoria de sus coetáneos. Será en el misógino s XIX cuando se vetó generalmente la influencia creativa de la mujer, pues la moral burguesa reinante marcó un canon de exclusividad masculina en las publicaciones artísticas, quedando la mujer relegada a un papel esencialmente hogareño. Ayudó a esta concepción marginal, el imaginario del momento, la concepción y concreción de los grandes museos europeos. En ellos se establecieron criterios de formalización museográfica, donde de forma implícita la discriminación expositiva hacía la artista era latente e inamovible.

El poder del Arte. Sofonisha Anguissola. Año 1555. M. Nacional Pozna

Una simple firma de autoría supuso en ciertos períodos un riesgo para la propia artista.

Esta visión excluyente durante siglos, borró en Europa a grandes mujeres, que por méritos propios merecen un lugar destacado en la Historia del Arte. Comenzamos por Ende, considerada la primera pintora de la historia , que durante el s. X iluminaría numerosos códices. Hildegarda de Bringen, una monja benedictina que hizo de su labor artística, un dominio pleno en campos como la música, la literatura o la pintura. También Sofonisha Anguissola pintora de la corte de Felipe II , alabada en la época por el propio Miguel Ángel y reconocida por Giorgio Vasari en sus 133 biografías de artistas. Sus obras fueron atribuidas a otros artistas por no poder firmarlas.

En el s. XVI Laviana Fontana , reconocida retratista del papa Clemente VII, fue junto a Artemisia Gentileschi la pintora más relevante del Barroco. Fontana fue pionera en la realización de desnudos, seguiría trabajando exitosamente, en una vida digna de reseñar, en una prueba de generosidad y amor su marido se ocuparía de sus 11 hijos. Judith Leyster artista holandesa en el s. XVII, seguidora de Caravaggio y alumna aventajada de Fran Hals, dejaría la pintura tras casarse, pero dejó grandes obras hoy reconocibles en algunos museos del mundo.

Con Artemisa Gentileschi se reconoce el genio de la mujer en pelo Barroco artístico.

Artemissa Gentileschi, considerada la primera pintora feminista de las historia, sería además la primera mujer en ser admitida en la Academia de Disegnmo Florentino. Conseguió el mecenazgo de los Medicis, y encontramos en “Judith decapitando a Holofernes”, su obra mas conocida. Representa a la artista vengándose de su preceptor y agresor sexual Agostino Tassi, que sería condenado al destierro. Antes éste humillaría a su víctima con pruebas y torturas ginecológicas.

Pastora desnuda tumbada. 1895. Berthe Morisot

Una artista española Luisa Roldán (La roldana), dominó magistralmente el barro y la talla, siendo escultora de cámara de Carlos II y Felipe V, suyas son obras como el “Entierro de Cristo” o “S. Miguel Arcángel”. En los sucesivos siglos destacaríamos a Mª Loise E. Vigée Lebrun, o a Ángelica Kauffman en el s. XVIII, a Berthe Morisot, M. Cassat, Camile Claudel o Marie Bracquemond, que se situarían en el primer nivel del impresionismo pictórico.

En el s. XX destacar mujeres innovadoras que marcaron un antes y un después en e desarrollo de la contemporaneidad como O´Keefe, Khalo, Delaunay, Tamara Lempicka, L Carrington, L. Bourgeois, o Lee Krasner, esta última referente del expresionismo abstracto.
En nuestro país destacaríamos a la surrealista Maruja Mallo, partícipe de la Generación del 27, colaboraría con el programa pedagógico republicano, manteniendo con posterioridad su compromiso con la difusión del arte. Exiliada en EEUU y Argentina, fue una artista transgresora que como los casos expuestos anteriormente, desmintieron la frase de Bocaccio en la que afirmaba “ el arte es ajeno al espíritu de las mujeres”.

"No existe espiritualidad en el arte sin la sensibilidad femenina, su origen y fundamento se lo debemos a ellas ".

Antonio Jiménez Lubián

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https://www.guggenheim-bilbao.eus

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