1929 fue el año de creación de dos de los iconos más populares del s. XX.

Este año se conmemora el nacimiento de Tintin y Popeye, dos personajes que representan parte de la iconografía de la cultura popular. Tintín y Popeye nacieron en plena depresión del 29 y subsistieron en el tiempo en medio de la gran depresión. Hergé comenzó la publicación de Tintin en enero de 1929 con el título El país de los Soviets, con viñetas con tendencias europeas anticomunistas.

El inicio de personajes del cómic tenía un profundo sentido educador

Tintin como personaje nació de la evolución del boy scout Totor,  también de Hergé, pero desde una perspectiva más aventurera y dinámica. Pronto se convertió en un icono de la cultura franco-belga, creando un estilo de ilustración y narración que trascendería al propio cómic. Décadas más tarde aparecerían en el cine con el título "Tintin y el misterio de las naranjas azules".  El propio Hergé no quería que su creación le sobreviviera, pero no fue así, hoy en día los derechos de Hergé se encuentran en manos de Moulinsart,  compañía que no dudó en relanzar y explotar al personaje antes de que este pase a ser de dominio público en 2052.

Portada de la primera publicación protagonizada por Tintín en 1929.
Portada de la primera publicación protagonizada por Tintín en 1929.

Fue una semana después, el 17 de enero de 1929 cuando se presentaría en la tira diaria Thimble Theatre,  el intrépido marino de exagerados antebrazos y eterna pipa Popeye. El personaje tuvo tanta aceptación desde sus comienzos, que pronto daría el salto a la animación de mano de Max Fleischer, que lo incluyó como personaje en los episodios de Betty Boop. Pasó de ser un personaje secundario a demandar sus propia serie de animación, creándose más 200 capítulos.

Popeye era un personaje de increíble fuerza e invulnerabilidad , en el que se ha visto al precedente de todos los personajes del género de superhéroes. El origen de su fuerza radicaba en la espinacas, alimento que fomentó entre los más jóvenes el gobierno de EEUU durante la Gran Depresión. El éxito fue total, y Popeye llegó a tener su propio serial radiofónico, que situó al personaje como el primer icono- media de la historia. Las aventuras de Popeye tenían un fondo de denuncia y crítica social indiscutible, siempre apoyadas en el sentido común del contenido.

Tintin y Popeye se convirtieron en iconos de la imaginería del s. XX, iniciando la gran ventana del Noveno arte , y que ahora aparece en el ideario de nuestra cultura popular.

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